martes, 20 de diciembre de 2011

¿Creatividad en nuestro día a día? Sí, ¡es posible!

Poner en marcha y entrenar la creatividad, a nivel personal y en los equipos, no nos garantiza generar una gran idea, pero sí contar con muchas, entre las que podremos elegir la más novedosa y original para trabajar en ella. Además, también es un buen método para luchar desde las entidades sociales contra la crisis.
¿Hay espacio para la creatividad en nuestras organizaciones? ¿Y en nosotros mismos, reservamos un pequeño hueco para pensar? En tiempos difíciles para el Tercer Sector, la creatividad no solo es una opción, sino que debiera ser una realidad, una apuesta decidida por buscar nuevas fórmulas y maneras de hacer, para con ello conseguir llegar a las personas. La creatividad, entendida como la capacidad para generar ideas, juega un papel fundamental en todo lo relacionado con la sensibilización social, pues plantear distintas opciones conlleva aunar novedad y valor.

En muchas ocasiones, generar nuevas propuestas conlleva vencer el miedo a lo innovador. Nos hemos acostumbrado a hacer las cosas siempre de la misma manera y con frecuencia olvidamos la razón de ser de las mismas, ¿por qué comenzamos a hacerlas? ¿Cómo calcular entonces la experiencia de nuestra entidad si nos ceñimos a realizar siempre los mismos proyectos de la misma manera? Para combatir todo ello te proponemos hacerle un hueco a la creatividad en tu día a día y comenzar a entrenarla en los equipos.

Probablemente, antes de ponernos a ello, debamos desaprender, vaciarnos de todo el ruido y los vicios (entendidos como maneras poco satisfactorias de enfrentarnos a los problemas), y dedicar tiempo a escuchar, a observar qué se mueve, ver qué están haciendo otros... Toda acción precisa una reflexión previa y el tiempo se erige como algo crucial: no podremos conseguir nuevas ideas con prisas, vamos a ir paso a paso...
Paso nº1: Tómate tu tiempo; trabajar también es pensar

La creatividad precisa tiempo, libertad, huir de las presiones, pero también partir de lo personal, de la autoestima y de nuestra capacidad para creer, creer en nosotros y en lo que hacemos y, con la misma intensidad, en lo que queremos transmitir. Solo entonces podremos crear el clima propicio en nuestros equipos para generar nuevas ideas, pues para sensibilizar a los demás habrá que partir de la sensibilización en casa, de un equipo motivado.

Una vez que contamos con tiempo, con un ambiente propicio y con un equipo motivado, hay que crear espacios abiertos al error, entendiéndolo como una oportunidad para aprender y avanzar. Enfrentarnos a un proceso de generación de ideas implica vencer el miedo al error.

Incorporar esta concepción a nuestro día a día supone comenzar a abrirnos a nuevas maneras de hacer, predisponernos a lo nuevo. Entonces, ya solo será cuestión de entrenamiento, de poner en marcha técnicas para estimular la creatividad, que pongan en funcionamiento pequeños resortes dentro de nosotros que nos remitan a estímulos externos y conceptos asociados. Un brainstorming o lluvia de ideas, recurrir al absurdo, plantear analogías...

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Marmolejo, Jaén
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